Virgencita, vivir la Santa pureza me está resultando imposible. La soledad y la falta de cariño, ahunado a no poder contar con una relación real de amistad y noviazgo, me hace presa fácil de mis instintos pasionales y de concupiscencia. Veo tan difícil la posibilidad real de tener una novia formal, que me frustra y me inclina a la tentación y a lamentarme que he de seguir solo mi caminar en esta vida. No se dónde puedo confesarme. Necesitamos tu amparo, protección y consuelo. Por favor no seas duro conmigo; mejor ayúdame; yo, aunque racionalmente quiero vivir la Santa pureza y la castidad, en el día a día, se convierte en una tarea imposible de llevar a cabo. En lugar de castigarme; necesito que me ayudes a recibir lo antes posible el sacramento de la reconciliación. Ahora más que nunca, necesitamos de tu protección, amparo, auxilio, consejo, consuelo, reivindicación y recuperación hacia el plan de salvación que tienes trazado para mi y para mi familia. Yo sólo puedo y podemos salir adelante, si no nos abandonas cuando más te necesitamos. Si por mi fuera en este mismo momento recibiría el sacramento de la confesión. Hoy es día de la Madre. Por favor ayúdanos. Me siento de la patada. Necesitamos un corazón contrito y que transformes nuestros corazones y que nuestros corazones sean liberados del yugo del pecado y se hagan mansos y humildes a semejanza del Sagrado Corazón de Jesús. Imploro la intercesión también de San Juan Diego y de los Santos cristeros. Qué Jesucristo Nuestro Señor Misericordioso, NO me trate según su justicia, sino según su misericordia. Imploro un corazón contrito e imploro perdón, consuelo y una vida intensa de oración. Qué Dios obre en mi, a pesar de mi. No se cómo manejar la frustración de no poder tener novia. Eso me trastorna mucho. Virgen Santísima, ayúdame a celebrar con alegría y con bendiciones el día de la madre. Virgen Santísima, por favor ayúdame con el proyecto de vivir la Santa pureza y la castidad, que en ocasiones, me resulta imposible. Por favor protégenos aún más que si estuviera yo en estado de gracia, pues si por mi fuera, en este momento yo me confesaría. Imploro perdón, paz, consuelo, prosperidad, sabiduría, perseverancia, paciencia, armonía, gozo y un auténtico corazón contrito. Amén. Cuando menos lo merezco, es cuando más necesitamos ser reconciliados y reivindicados por Jesucristo Nuestro Señor Misericordioso. Paz y bien. Amén. Condúceme con ternura en el camino a la reconciliación y la reivindicación. Amén.