Oh, san Peregrino, a quien llaman «El hacedor de maravillas»,
por los numerosos milagros que obtienes de Dios para todos los que recurren a ti.
 
Tú que por muchos años padeciste una cancerosa enfermedad
que carcomió tus tejidos y destruyó las fibras de tu ser,
que tuviste alivio cuando todos los recursos humanos no te daban esperanza.
 
Tú que fuiste favorecido viendo a Jesús bajar de la cruz para sanar tu enfermedad,
pide a Dios y a la Santísima Virgen la cura
para estas personas a quienes ahora te encomiendo:
 
Ayudados así por tu poderosa intercesión, cantaremos a Dios,
ahora y por toda la eternidad, una canción de gratitud por su bondad y misericordia